La Diocalandra frumentii, también conocida como picudín o picudo de las cuatro manchas, es un escarabajo de entre 6 y 8 mm cuyas larvas se alimentan del tejido vegetal interno de la palmera, generando galerías que terminan ocasionando su colapso.
Las palmeras afectadas tendrán que ser retiradas por indicación de los especialistas, ante el riesgo que suponen para vehículos y viandantes.
Unas 60 palmeras de las especies Phoenix canariensis y Phoenix dactylifera, localizadas en Playa de Arinaga, serán retiradas en los próximos días ante la amenaza que suponen para los vehículos y viandantes que frecuentan las zonas en las que están plantadas. Se trata de ejemplares situados en los accesos al Pabellón Polideportivo, el parque de Las Olas y la calle Alcalá Galiano, que se encuentran afectados por la plaga de Diocalandra frumentii, también conocido como picudo de las cuatro manchas o picudín de la palmera.
Las larvas de este escarabajo, de entre 6 y 8 mm de longitud, se alimentan del tejido vegetal interno de la planta, realizando galerías que terminan ocasionando su colapso. Una situación de inestabilidad que, ante el elevado tránsito registrado en las zonas mencionadas, acarrea un importante riesgo para la seguridad de los coches y la integridad física de las personas. De acuerdo con los informes técnicos y siguiendo las recomendaciones de los especialistas, las palmeras enfermas deberán ser sustituidas por nuevas especies arbóreas, una labor que los operarios de Parques y Jardines han comenzado a realizar este mismo miércoles.
La retirada de los ejemplares afectados por el picudín resulta además obligatoria como medida fitosanitaria, tal y como estipula la orden de 29 de octubre de 2007, de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias, para el control y erradicación de esta plaga. La actuación, que se realizará por fases a fin de evitar el cierre total de los aparcamientos, conllevará el envío al laboratorio de una muestra de los restos vegetales, al objeto de analizar la presencia de hongos y verificar el estado de pudrición. En el lugar de las palmeras retiradas se acondicionarán los alcorques y se plantarán nuevas especies arbóreas, inmunes al posible ataque de la Diocalandra.
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