— El volumen de residuos sólidos generados por cada habitante descendió un 4,14%, mientras que el reciclaje aumentó en un 35% en la fracción de Papel y Cartón, un 29% en Envases Ligeros (latas, briks y envases de plástico) y un 16% en la fracción Vidrio.
La Junta General de la Mancomunidad del Sureste de Gran Canaria, formada por los municipios de Santa Lucía, Ingenio y Agüimes, se reunió este miércoles para valorar, entre otros asuntos, los últimos datos de recogida de residuos registrados hasta la fecha. La cantidad de residuos sólidos urbanos producidos en la comarca en el año 2019 ascendió a 43.044 toneladas, frente a las 42.713 toneladas de 2015.
La cifra representa un ligerísimo aumento de 331 toneladas en cuatro años, apenas un 0,77%, pero si se toma en cuenta el incremento de población registrado en los tres municipios, el resultado es que el volumen de residuos generados por cada habitante se ha reducido considerablemente. Así, mientras en 2015 vivían en la comarca 129.621 personas, en 2019 lo hacían 136.268, es decir, 6.647 residentes más. Si en 2015 se producían 329,50 kilos de residuos por persona y año, en 2019 la cantidad descendió hasta los 315,88 kilos por persona y año, 13,62 kilos menos, lo que supone una disminución del 4,14%.
En opinión de la presidenta de turno de la Mancomunidad, Ana Hernández, las cifras demuestran que la población del Sureste está cada vez más sensibilizada con el cuidado del medio ambiente y como consecuencia colabora más y mejor en la recogida selectiva y el reciclaje. Algo que se aprecia especialmente en la fracción de Papel y Cartón, que en 2019 alcanza las 2.717 toneladas recuperadas, un 35% más que cuatro años antes. En la fracción de Envases Ligeros (latas, briks y envases de plástico) se recuperaron el pasado año un total de 2.534 toneladas, un 29% más que en 2015. Y en la fracción Vidrio, la materia prima recuperada en 2019 ascendió a las 1.279 toneladas, un 16% más.
Aceite y trastos, dos aspectos a mejorar
Un aspecto del reciclaje en el que todavía existe un amplio margen de mejora es la recogida de aceite, que pasó de los 18.781 litros de 2015 a los 21.983 del año 2019, un notable 17% de incremento relativo pero unas cifras aún modestas en términos absolutos. Desde la Mancomunidad se cree que una mayor conciencia pública sobre los efectos que el aceite doméstico vertido a través de los sumideros genera en la naturaleza podría mejorar esta cifra.
Otro aspecto a mejorar considerablemente es el de los trastos. Si bien en 2019 se recuperaron 1.190 toneladas, un 132% más que en 2015, los tres municipios siguen registrando demasiados vertidos incontrolados en espacios públicos y barrancos, pese a que los tres ofrecen a sus ciudadanos la recogida gratuita a domicilio. Se sospecha que los autores de estas conductas incívicas pueden ser personas de otros municipios que abandonan sus enseres en el Sureste aprovechando la cercanía de la autopista GC-1. Es por ello que se solicita la colaboración de la ciudadanía para identificar y denunciar a los responsables de los vertidos de los que puedan haber sido testigos.
Residuos orgánicos
Una novedad relativamente reciente y ejemplar en la gestión de residuos de la Mancomunidad del Sureste es el proyecto piloto de aprovechamiento de los residuos orgánicos, con la implantación de nuevos contenedores de color marrón. Se trata de una experiencia pionera en Gran Canaria, en la que de momento participan unos 2.000 hogares y de la que se espera obtener resultados positivos a corto plazo para poder extender la experiencia al conjunto de la población.
Otros residuos orgánicos que están siendo aprovechados son los restos de las podas, que son triturados y compactados para producir un material orgánico de gran valor en el sector primario, ya sea para la preparación del suelo agrícola, la generación de compost, el abono de los cultivos o el acolchado de los establos en la ganadería.
Concienciación y educación ambiental
Pero, sin duda, la labor más destacada llevada a cabo por los tres ayuntamientos del Sureste en el ámbito de los residuos sigue siendo la educación ambiental en los centros escolares. Unos 1.400 alumnos participan cada año en los diferentes talleres promovidos por la Mancomunidad para concienciar a las nuevas generaciones en la recogida selectiva de residuos, el reciclaje, las energías limpias, el aprovechamiento del agua o el cuidado del entorno natural, una tarea que dará frutos a medio y largo plazo, cuando los escolares de hoy se conviertan en los adultos del futuro.
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